Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1860-1861 (Cortes de 1858 a 1863)
Sesión: 23 de marzo de 1861
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 124, 2.148, 2.149
Tema: Petición nº 107(Pensión de Dña Engracia Cabrera y enjuto.)

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra para una alusión personal.

El Sr. VICEPRESIDENTE (duque de Villahermosa): La tiene V. S.

El Sr. SAGASTA: Mi amigo el Sr. Calvo Asensio, al decir algunas palabras sobre esta petición, ha manifestado al Congreso que había ocupado mi lugar y que a consecuencia de no hallarme yo en el salón había pronunciado las palabras que ha oído el Congreso.

Yo debo manifestar que no conozco a la peticionaria, que la historia, esa triste historia por que ha pasado esa desgraciada familia, la hemos oído el Sr. Calvo Asensio y yo [2.148] juntos, y que interesándonos los dos par la suerte de una familia tan desgraciada, porque el jefe de ella murió sirviendo al Estado, yo ofrecí decir aquí algunas palabras después de examinar el expediente. Le he examinado en efecto, y he visto que esa historia es completamente cierta.

Se trata, señores, no de pedir un sacrificio al Estado, sino de que el Estado continúe dando lo que ha venido dando hasta ahora; porque es el caso que de esa familia quedaban dos personas, la viuda del juez y una hija suya: la viuda murió loca a consecuencia de aquella gran desgracia de la familia, a causa de la catástrofe que la había afligido, y ha quedado la hija que está ciega y enferma. Pues bien: la madre tenia una pensión y la hija otra; la madre creo disfrutaba de una pensión de 3 o 4.000 rs., y la hija de otra de 2.000 rs. Mientras vivió la madre, vivían juntas la madre y la hija y podían tener bastante; pero muerta la madre, queda la hija ciega, enferma y postrada en una cama; y lo que solicita, lo que viene a solicitar la hija, es que la pensión que se le daba a la madre se le trasmita a ella. Yo llamo la atención del Gobierno sobre esta circunstancia, porque no es un nuevo sacrificio el que se pide al Estado, sino el que continúe dando lo que daba antes.



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